martes, 9 de junio de 2009

Gimnasia Pasiva

Estimular músculos sin ningún esfuerzo ya no es una exclusividad de deportistas que buscan aumentar su rendimiento o de tratamientos médicos.
Hoy son dos las técnicas denominadas de gimnasia pasiva. El sistema a través de electroestimulación opera a través de un equipo que genera impulsos eléctricos los que, a través de electrodos conductivos, se transmiten directamente a los músculos.

Así, permite "imitar" la señal que envía el cerebro para que nuestros músculos se muevan, permitiendo que el estímulo se convierta en contracción. Esta tecnología no sólo es inofensiva para el organismo, sino que tiene parecidos efectos que acudir al gimnasio. Además hay la gimnasia pasiva mecánica, donde una máquina hace de masa muscular, que es utilizada para movilizar articulaciones.

Pero según explican los traumatólogos, la gimnasia a través de electroestimulación es mucho más efectiva de la gimnasia pasiva mecánica; esto porqué "La electroestimulación es mucho más enérgica, porque contrae la musculatura y gasta tu propio ATP (molécula que da la energía para la contracción muscular), mientras que la otra hace ejercicios a través de un movimiento externo".

Se trata de aparatos con electrodos que fortalecen y tonifican los músculos mediante pequeños impulsos eléctricos parecidos a los que emite el cerebro (estimulación neuromuscular), estimulando el movimiento involuntario de los músculos a diferentes intensidades.

Los doctores explican que la denominación de gimnasia pasiva no es correcta en este caso, porque en realidad con esta técnica la persona sí hace una contracción de músculos, sólo que a través de un estímulo externo, que es el eléctrico.

Estos aparatos poseen distintos programas con diferentes usos: aumento de la forma física (fuerza, musculación, entrenamiento, resistencia aeróbica), mejora del estado de salud (alivia dolores musculares, piernas pesadas, alivio de calambres y masajes relajantes) y estética (tonificación y reafirmación de los tejidos).

Se ha presentado como una alternativa cómoda al deporte tradicional para mejorar la forma física y el tono muscular, pero su aplicación debe dejarse en manos de especialistas.

Beneficios de la gimnasia pasiva.

Con la electroestimulación se obtienen efectos estéticos secundarios a la contracción muscular, lo que produce un gasto energético, consume la grasa, aumenta la masa muscular y da como resultado una mejor apariencia, de mayor firmeza, combatiendo la flacidez.

El resultado no es sólo estético sino que produce efectos reales, y es casi lo mismo que ir al gimnasio. La persona se cansa porque está haciendo un trabajo muscular, pero no se aprecia ese agotamiento que aparece al ir al gimnasio.
Nuestros expertos recomiendan esta técnica como un complemento a otras cuando el objetivo es meramente estético, pero no es la solución a los problemas de sobrepeso, ya que otros aspectos como la alimentación y el efecto psicológico que produce el ejercicio resultan fundamentales para estos fines.

También se ha determinado que la estimulación muscular artificial, tanto por vía mecánica como por vía eléctrica, resulta muy útil como terapia de rehabilitación, sirve para reeducar los músculos y evitar su atrofia tras grandes periodos de inactividad.

Además, la gimnasia pasiva favorece la circulación sanguínea y linfática, con lo que contribuye favorablemente a la regeneración de tejidos dañados y la reabsorción de edemas y hematomas. Por otro lado, resulta un arma muy eficaz contra el reuma, ya que tiene efectos antiinflamatorios y combate la rigidez y el anquilosamiento de los músculos.

En caso de dolores de espalda y problemas cervicales, la estimulación eléctrica también puede ser muy útil en combinación con la aplicación de geles y cremas, para ayudar a reducir la inflamación y el dolor en la zona afectada.

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